SALUD MENTAL Y MEDIO RURAL

Las personas con problemas de salud mental son un colectivo especialmente vulnerable, no solo por las dificultades inherentes su patología, sino también por la ausencia de recursos adecuados de soporte social y comunitario. Las personas necesitan rehacer su proyecto vital y para ello, se necesitan profesionales en servicios situados en la comunidad, que trabajen preferentemente en equipos multidisciplinares, con intervenciones centradas en la persona para cubrir las necesidades de los usuarios y, además, se incorpore la dimensión comunitaria que todo tratamiento requiere(con la familia y el entorno).

Autobús del eje de diversidad.

Desde el CDR Palancia Mijares hacemos que esta brecha sea menor. Otras asociaciones com DACEM realizan una increíble labor para integrar a la población diversidad funcional

Dificultades del mundo rural

  • Menor variedad de recursos especializados en salud mental.

Falta de recursos como urgencias de psiquiatría, Unidad de Corta Estancia, hospital de día, Unidades de Media Estancia, comunidad terapéutica …

  • Cambios frecuentes y falta de profesionales en la Unidad de Salud Mental.

Poca estabilidad en los profesionales de psicología y psiquiatría. Además, hay periodos en los que las plazas no están cubiertas.

  • Derivaciones de personas con larga historia de evolución.

No hay derivación de personas con primeros episodios psicóticos, lo cual permitiría una intervención temprana, una mejor evolución y efectividad de los tratamientos.

  • Dispersión geográfica del territorio.

Atención a la población de cuatro comarcas diferentes, con alrededor de 55.866 habitantes. Hay municipios que están alejados a más de 50 km de nuestro centro.

  • Barreras para el transporte.

Falta de transporte público para acudir a los recursos centralizados en municipios más grandes como Calatayud.

  • Escasez del número de profesionales y medios económicos para su transporte, para poder realizar acompañamientos en el entorno de la persona.

En los planes de salud no se contempla el coste económico que supone trasladar un equipo de atención comunitaria a los pueblos del entorno rural y las ratios de profesional para poder abarcar toda la dispersión geográfica.

  • Menor cantidad de recursos comunitarios.

Las alternativas comunitarias de participación en actividades normalizadas son mucho más reducidas que en las ciudades.

  • Escasas oportunidades de inserción laboral.  

El mercado laboral se muestra mucho más limitado con escasas o nulas ofertas de empleo para personas con discapacidad y alto estigma para su contratación.

  • Mayor estigma hacia la enfermedad mental.

Se mantiene el desconocimiento y la falta de normalización de los problemas de salud mental como un problema más de salud.

Oportunidades del medio rural

  • Mayor accesibilidad a la persona, a sus redes informales sociales y familiares.

Estrecha colaboración e implicación en la intervención con las relaciones cercanas de las personas como familiares, amigos, vecinos…

  • Más probabilidad de desarrollo de redes sociales. 

Apertura en las relaciones sociales y el contacto entre personas en las localidades más pequeñas.

  • Estrecha coordinación con los servicios sociales de base.
  • Trabajo en red.

Entre los recursos sanitarios, servicios sociales, familiares, vecinos, formación y empleo, ocio… y todos los agentes implicados en la recuperación de la persona.

  • Apoyo de instituciones públicas.

Desarrollo de programas específicos adaptados a las necesidades de la población con problemas de salud mental a la que se presta apoyo.

  • Mayor accesibilidad a la participación en la comunidad. 

Facilidad en la puesta en marcha de acciones comunitarias y de participación en recursos normalizados.

  • Mayores oportunidades de realizar actividades colaborativas. 

Acceso a proyectos colaborativos que favorecen la inclusión y la sensibilización en salud mental.

  • Estabilidad del equipo profesional.

El trabajo en un equipo pequeño y cercano, junto con un entorno amable de trabajo, favorece la estabilidad de los profesionales. Esto es valorado muy positivamente por las personas que acuden a un recurso de salud mental.

  • Mayor vinculación de los usuarios con el recurso.