Un buen día, cruzamos la puerta y entramos a dar los primeros sorbos de esta aventura.
Vivir es eso: lanzarnos a la aventura.
De mirar alrededor, tomar nota y atrevernos a dibujar qué se puede hacer para que este viaje sea mejor para la comunidad.
Cuando exhalemos por última vez, quedarán las huellas de nuestra siembra.
El fruto de las semillas que hayamos plantado mientras caminamos.
El reflejo de lo que hayamos elegido nutrir.

El equipo del CDR Palancia Mijares queremos agradecer la puerta que abrió Silvia.
Que se atreviera a materializar el sueño de sumar para un entorno rural vivo.
Un lugar que ha ido creciendo y madurando para regalarnos compartir su visión, que podamos aportar cada cual desde su ilusión y que muchas personas puedan ser acompañadas con nuestra mirada puesta en su mayor bienestar.
Gracias Silvia por labrar y sembrar en el inicio, para que otras personas podamos seguir sembrando y aportando a este proyecto común, y que muchas más tengan una mejor calidad de vida.



