Una de las demandas que atendemos desde nuestra entidad es la de acompañamiento para encontrar vivienda. Es el caso de personas que acuden a nuestro territorio buscando un lugar donde establecerse, desarrollar su proyecto de vida y mejorar su condición. Encontrar una vivienda en el entorno rural ya se ha convertido en uno de los principales problemas, convirtiéndose en una misión harto complicada, a pesar del gran número de casas vacías y la creciente despoblación de nuestros pueblos.
La Vivienda como motor de cambio: Reto Rural, Solución Común
Desde el Centro de Desarrollo Rural Palancia Mijares, acompañamos a distintos colectivos de población con el objetivo de lograr su inclusión social. Para ello, se presta especial atención al respeto de los derechos de las personas más vulnerables y/o en riesgo de exclusión. Y parte de este acompañamiento se hace a menudo con la finalidad de encontrar una vivienda digna.
Trabajar en este sentido, nos ha traído la oportunidad de tomar conciencia más si cabe, sobre la problemática asociada a la dificultad de encontrar una vivienda digna en el entorno rural. Viviendas vacías o de uso temporal y en mal estado, son las protagonistas del mapa. Lejos de configurar una situación abierta a que personas en edad activa puedan establecerse, personas mayores que quieren quedarse en el territorio y no tengan que desplazarse a núcleos de población mejor dotados de recursos y servicios puedan hacerlo, o que los más jóvenes que elijan independizarse o que llegan a nuestros pueblos para integrarse en grados de estudios específicos puedan cubrir sus expectativas, relatan una situación caracterizada por viviendas en malas condiciones, precios desorbitados y escasas o nulas políticas definidas específicamente para desbloquear la situación.
Entendemos la vivienda como motor de cambio. Porque actuar a este nivel traería de la mano responder al cumplimiento de un derecho fundamental, la posibilidad de fijar población, contribuir al relevo generacional y mejorar la calidad de vida de las personas más mayores y/o dependientes porque muchas de las personas que llegan en edad activa, se dedican al sector de los cuidados, revertiendo en fortalecer el sentido de identidad del sector de población mayoritario en el entorno rural.
El programa Vivir Junt@s
Financiado por el IRPF autonómico en su convocatoria del 2024, este programa se puso en marcha en enero del 2025 con el objetivo de activar unidades de convivencia intergeneracional. Promover la reactivación de infraestructuras municipales existentes actualmente en desuso, optimizar el uso de viviendas particulares con la participación en la convivencia de personas jóvenes que puedan compartir con personas mayores que viven solas, reduciendo los efectos de la soledad no deseada e incentivando las redes de apoyo mutuo, y revitalizar los pueblos, en definitiva, son los aspectos que se pusieron en el centro a la hora de definir la hoja de ruta del programa.
Para ello, el equipo que implementa la propuesta, se ha reunido con ayuntamientos, área de servicios sociales de mancomunidades, y asociaciones vinculadas a las personas mayores, con el fin de dar a conocer el programa, registrar si existen viviendas disponibles, e identificar personas interesadas en participar como usuarias.
Los hallazgos
El resultado, tras los primeros 4 meses de implementación, fue detectar un punto de bloqueo importante que no permite dar respuesta a la problemática de la vivienda como demanda social.
No existen bases de datos actualizadas sobre viviendas disponibles, las personas particulares muestran su resistencia a reactivar las viviendas vacías que son de su propiedad, y se registra una escasez/falta de políticas públicas definidas específicamente para revitalizar las viviendas en desuso.
Todo esto se traduce en una dificultad para dar información a las personas que la demandan sobre la disponibilidad de viviendas, dar soluciones a sus necesidades u ofrecer alternativas para salir del bloqueo.
El giro
Con este panorama, el equipo que implementa VIVIR Junt@s, se planteó dar un giro en el planteamiento inicial, y tomó la decisión de poner en el centro la necesidad de contribuir a concienciar a la población, las administraciones locales y supramunicipales y las entidades que trabajan en torno a la vivienda, sobre la necesidad de desbloquear la situación.
Revitalizar las viviendas que ya existen en lugar de construir de nuevo, promover el trabajo en red para lograr un mejor impacto de las acciones, o incentivar propuestas que apunten a compartir como parte de la solución (ej. viviendas compartidas, cooperativas de vivienda, etc), son algunos de los puntos de anclaje.
La necesidad de poner luz sobre la situación se convierte, así, en una prioridad. Visibilizar iniciativas y proyectos en marcha que sirvan de inspiración como buenas prácticas y de éxito en otros territorios, ver cuáles se pueden replicar en el nuestro y cómo se pueden adaptar las que lo requieran, y dar a conocer recursos y herramientas que motiven a desbloquear las viviendas “paradas”, son posibilidades que empiezan a tener sentido en la construcción de un nuevo relato que contribuya al cambio.
La jornada en Geldo
“La Vivienda como Motor de Cambio: Reto Rural Solución Común”, se propuso en al principio del mes de octubre como un espacio de contextualización. Un punto desde el que visibilizar información. Un lugar donde personas de distintos sectores pudieron interactuar y crear sinergias, habilitando la posibilidad de reflexionar y analizar la situación. Una oportunidad que, se espera, suponga el punto de partida para impulsar a la acción, que permita salir de la parálisis del discurso y le abra la puerta a la toma de responsabilidad.
Representantes de universidades, ayuntamientos, proyectos de cohousing senior, de viviendas compartidas y cooperativas de vivienda o entidades sociales vinculadas a la revitalización de los pueblos, formaron parte como ponentes del programa junto con las más de 40 personas que participaron como oyentes. La jornada incluyó también un espacio participativo para intercambiar ideas, experiencias de éxito, y reflexiones sobre posibles soluciones a emprender.
La problemática de la vivienda ha permeado al entorno rural, para dejar de ser algo exclusivo de los grandes núcleos urbanos. El reto de aportar soluciones, exige estrategias de corresponsabilidad en las que tomen parte los distintos actores implicados. Personas particulares que ganen confianza y se abran a desbloquear las viviendas vacías o en desuso. Entidades sociales que sigamos trabajando para sensibilizar sobre la importancia de resolución. Y administraciones que tomen cartas en el asunto y se impliquen en la regulación de cara a lograr la garantía de un derecho fundamental: el derecho a una vivienda digna (artículo 47 de la Constitución Española).
Los siguientes pasos
Tras la buena valoración de la jornada, y la disponibilidad para seguir fortaleciendo redes de trabajo conjunto, el CDR Palancia Mijares continuará trabajando para lograr un cambio real y duradero en la situación, promoviendo redes de trabajo en colaboración con otras entidades y administraciones, y poniendo en el centro el valor social de la vivienda con el objetivo de hacerla más accesible, saliendo de considerarla como un mero activo económico.
Porque una vivienda es mucho más que cuatro paredes. Porque pensamos que ha de ser el lugar que cada persona elija para desarrollar su proyecto de vida, alimentar el sueño de una vida digna en un entorno de seguridad y que esté al alcance de todas sin excepciones.
Los hallazgos


